MUJERES EN EL TRABAJO
Covadonga García González-Fierro
Un vientre.
Un vientre y dos manos.
Un vientre, dos manos, técnica y fuerza.
Un vientre, dos manos, técnica, fuerza e intelecto.
Esta ha sido la progresión de la mujer en el mundo
laboral. Primero, sus obligaciones eran las de ser madre y realizar las tareas
del hogar. El pretexto era: “la naturaleza reparte los roles”.
Luego, se permitió su acceso a los tramos inferiores
de la jerarquía laboral, desempeñando actividades “femeninas”, como la cocina y
el trabajo con telas y costuras. La excusa era: “la mujer no tiene la formación
necesaria para aspirar a más”.
A partir de 1960, en occidente, la mujer demuestra
que cuenta, según las estadísticas, con una formación más brillante que la del
hombre, y que es más eficiente en determinados cargos de responsabilidad. Solo
de manera muy reciente, la mujer tiene presencia en los tramos altos de la
jerarquía laboral, en cualquier ámbito. Sin embargo, todavía queda restringido
su acceso, sin ninguna justificación razonable, a determinados puestos. La
lucha por la igualdad continúa.
Volvamos un paso atrás: un vientre, dos manos, técnica y
fuerza.
Lewis Hine construye con su
obra fotográfica, entre 1905 y 1940 en América, un documento valioso que
registra esta etapa del proceso, y que años más tarde se publicaría con el
título Women at work. Las
conquistas sociales se reflejan en el rostro.
Regresemos al
futuro: un vientre, dos manos,
técnica, fuerza e intelecto.
Con este trabajo
fotográfico, se pretende contribuir, aunque de manera muy modesta, al registro
de la última etapa vivida: fotografiamos a cuatro mujeres que ocupan altos
cargos en la jerarquía laboral; respectivamente, en la hostelería, la docencia
universitaria, la dirección cinematográfica y la iniciativa empresarial
vinculada a la cultura. Un rostro que se repite; el rostro de todas las mujeres
que una sola mujer lleva consigo. Que las imágenes brinden el testimonio.
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